Si de niña los Reyes Magos me hubieran traído una casa así, creo que habría muerto de un ataque de felicidad… Al encontrarme con las fotos de esta minicasita llena de tul y flores, he reconocido con exactitud aquella que estaba en mi mente cuando de niña jugaba a las cabañitas.
Recordáis?... Usábamos troncos, lonas y cualquier cosa que nuestras pacientes madres nos dejaran sacar del trastero, pero al recibir en ellas a nuestros “invitados”, era exactamente así como la imaginábamos. Bueno, quizá sólo era cosa mía y a mis 6 años ya se me veía venir… Lámparas de araña, vajilla completa y juego de te!! El colmo!!!
Via Skona hem y New York Times
No hay comentarios:
Publicar un comentario